Martes, 24 Agosto, 2021
El viernes se realizó un almuerzo al aire libre en el patio de compostaje, en el que estuvieron presentes el presidente del Mercado Central, Nahuel Levaggi, y las áreas que impulsaron el programa: la gerencia de Control de Calidad y Transparencia, y la Unidad de Coordinación de Alimentación San Segura y Soberana.
El objetivo de este proyecto desde hace un año es poder disponer de alimentos aptos para consumo humano y valorizar los residuos orgánicos desde un compostaje a gran escala.
La gerenta de Control de Calidad y Transparencia, Marisol Troya, expresó que “este programa se implementó por primera vez en más de 30 años” y, desde una mirada social, remarcó que fue “un cambio muy importante” poder haber hecho un relevamiento de personas que trabajaban y vivían de los volquetes de residuos.
Explicó que “hoy, gracias a este proyecto, esta gente forma parte del Mercado de manera oficial; este programa genera trabajo genuino”.
Este programa tiene una fuerte articulación con la Unidad de Coordinación de Alimentación Sana, Segura y Soberana, que se encarga de distribuir el alimento destinado a comedores populares y organizaciones sociales.
Hasta el mes de julio, en el transcurso de todo el año, se llegó a la cifra de 62.723 bultos de alimentos aptos para el consumo, lo que corresponde a un 26% del total de lo que va a donaciones.
La coordinadora de Políticas Sociales dependiente de esta Unidad, Yasmín Dávalos, explicó que “es importante destacar la cantidad de pérdidas y desperdicios que se tienen a lo largo de toda la cadena agroalimentaria; en Argentina se pierden 16 millones de toneladas al año”.
También remarcó la importancia de este trabajo, ya que “en ese sentido, se recupera la cantidad de bultos de alimentos aptos para su consumo que llegan a Acción Comunitaria, porque, si fuera de otra manera, estarían en un relleno sanitario”.
El trabajo consiste en realizar una separación entre lo que es apto para consumo humano y los desechos orgánicos que pasan al compostaje. Esta tarea la llevan adelante los ingenieros agrónomos especialistas en la materia, Javier Scheibengraf, Alejandro Booth y Fabián Rainoldi.
El ingeniero Alejandro Booth afirmó en la conmemoración que “la idea de este proyecto es recuperar alimento: minerales, vitamina, que hoy están yendo a los comedores, ya que se trata de comida de muy buena calidad que simplemente no es comercializada” y agregó que también “se logró realizar un abono que permite el cultivo de nuevos alimentos, y se evita que un millón de kilos de verdura vayan a la CEAMSE”.
La reducción de pérdidas equivale al 52 por ciento de lo que se tira en la nave, es decir que, ese porcentaje, antes iba a enterrarse a la CEAMSE y ahora se recupera como alimento y compost.
Este programa hoy es el trabajo formal de las personas que antes buscaban comida en los volquetes. Ya como trabajador del Mercado Central de Buenos Aires, Walter, uno de los que comanda la tarea del día a día, enfatizó que “esto le cambió la vida a muchos”.
Actualmente, los volquetes especiales se encuentran en cinco naves: 11, 9, 7, 5 y 3. Por supuesto, está encausado el proyecto de ampliar el programa a las demás naves, a fin de incrementar la recuperación de alimentos y generar abono para próximos cultivos.