Una gestión transparente fomenta y promueve la rendición de cuentas de la Administración ante la ciudadanía y proporciona información sobre lo que está realizando y sobre sus planes de actuación. Para ello se debe permitir el acceso a esta información pública de manera sencilla y clara, permitiendo de esta manera que los ciudadanos puedan realizar un control de la gestión , así como crear valor económico o social a partir de los datos públicos ofrecidos libremente por la gestión.
Una gestión colaborativa implica y compromete a los ciudadanos y demás agentes en el propio trabajo de la gestión. La colaboración supone la cooperación no sólo con la ciudadanía, sino también con las empresas, las asociaciones y demás agentes, y permite el trabajo conjunto dentro de la propia gestión entre sus empleados y con otras gestiones.
Una gestión participativa favorece el derecho de la ciudadanía a participar activamente y anima a la gestión a beneficiarse del conocimiento y experiencia de los ciudadanos. Por tanto, impulsa acciones y orienta actuaciones que aumentan el protagonismo e implicación de los ciudadanos en asuntos públicos y compromete con mayor intensidad a las fuerzas políticas con sus conciudadanos.