Desde la raíz: El nabo

Aunque no es una de las hortalizas más conocidas, el nabo es una excelente incorporación en la cocina por su valor nutricional. Aporta una buena cantidad de agua, fibra, vitaminas y minerales esenciales para el cuerpo.

Pertenece a la familia de las brasicáceas y es una planta comestible de la cual se consumen tanto la raíz como sus hojas, al igual que ocurre con otras verduras. Su raíz, de forma bulbosa, tiene una piel blanca y una pulpa interna también blanca y crujiente.

Se estima que los primeros cultivos de nabo surgieron en la India alrededor del siglo XV a.C. Actualmente, se cultiva en regiones de clima templado en distintas partes del mundo, especialmente durante el invierno. En Argentina, su producción se concentra mayormente en Buenos Aires (90%) y en menor medida en Santa Fe (10%).

Entre sus nutrientes se destacan minerales como el potasio, fósforo y magnesio, además de vitaminas como la B6, C y E, lo que lo convierte en un alimento saludable y versátil.