Jueves, 16 Marzo, 2017
En el puesto 29, de la nave 2, se puede encontrar todos los días a Norberto. Tiene 71 años, ya se jubiló, pero sigue eligiendo trabajar. “Si volviera a nacer, sería lo que soy hoy. No cambiaría nada. Nací para trabajar”, resalta.
Empezó a trabajar 60 años atrás en el mercado de Abasto. “Se cargaba directamente al hombre, el bulto más chico pesaba 30 kilos”, recuerda la hazaña. Poco tiempo después, arrancó en el Mercado Central, donde hoy vende naranja, mandarina y tomate.
El Mercado fue el sustento de la gran familia que pudo construir. Tiene 5 hijos, 12 nietos y 2 bisnietos. “Ahora un nieto, de 18 años, está dando una mano en el puesto de enfrente así que tengo su compañía”, cuenta orgulloso.