Viernes, 2 Marzo, 2018
Los más puristas han puesto el grito en el cielo. Pero las frutas y verduras de tratamiento de cuarta gama, aquellas que vienen en bandejas de telgopor, envasadas al vacío, listas para el consumo, son una realidad que llegó a las mesas de los argentinos. No solo por las facilidades que brindan en épocas donde es cada vez más difícil conseguir un tiempo para cocinarse, sino también por el valor agregado que representa para el productor que logró subirse a esta ola.
La IV Gama es una línea de hortalizas y frutas frescas, preparadas mediante diferentes operaciones unitarias tales como selección, pelado, cortado, lavado y envasado. Son conservadas, distribuidas y comercializadas bajo cadena de frío y están listas para ser consumidas crudas sin ningún tipo de operación adicional durante un periodo de vida útil de 7 a 10 días. En la actualidad, hay una gran variedad de productos, hojas de lechuga, verdes de una sola clase o de varias, champiñón laminado, frutas cortadas, etc.
“Tanto la preparación inicial como la conservación posterior deben ir acompañadas de temperaturas reducidas, por encima del punto de congelación, para mantener el producto con sus características de frescura durante la distribución y congelación y, como es lógico, en el momento de su consumo. Con este sencillo proceso el producto mantiene sus propiedades naturales y de frescura, pero con la diferencia de que llega al consumidor, lavado, troceado y dentro de un envase”, explica Beatriz Makoul, Jefa del laboratorio de microbiología del Mercado Central.
Este tipo de productos pasan por una serie de procesos y cuidados para preservar su vida útil durante mayor tiempo. Es por eso que siempre se deben adquirir en lugares habilitados y que traigan una etiqueta que corrobore fecha de armado, procedencia y, principalmente, fecha de vencimiento.