Lunes, 7 Mayo, 2018
El pronóstico meteorológico, aunque falla bastante a menudo, es bastante claro respecto a las próximas semanas: Ya llegó el frío y viene con una semana de muchas lluvias. Aunque los resfríos parecen inevitables en esta época del año, algunos tips básicos para cuidar la salud en estos cambios de temperatura pueden resultar muy útiles para no dejar el sueldo en pañuelitos descartables.
El principal aliado es, sin ninguna duda, la Vitamina C. Presente en las naranjas, mandarinas, pomelos y cítricos, es un gran antioxidante que limita la producción de radicales libres. Estas son las moléculas que se producen cuando el cuerpo descompone alimentos o se expone al humo del tabaco y la radiación. Sin radicales libres, se optimiza la producción de glóbulos blancos que defienden el organismo ante las infecciones de virus y bacterias. Es por eso que, aunque es un mito que la Vitamina C previene los resfríos, sí es cierto que ayuda a volverlos menos graves una vez que aparecen.
Otra opción por fuera de los cítricos es el Kiwi, que tiene una mayor concentración de Vitamina C y se puede comer muy fácilmente en el desayuno o de colación a media mañana con un yogur.
El mango es otro aliado para estas épocas. Además de ser una fuente de vitamina C, se le atribuyen propiedades antiinflamatorias y expectorantes que pueden resultar útiles en el tratamiento de la tos, la congestión y otros síntomas propios de estas afecciones. Otra opción menos conocida es el ananá, ya que contiene un compuesto activo conocido como bromelina, que actúa como antibacterianos y antiinflamatorio, de mucha utilidad en la prevención de los catarros y la gripe.
Aunque no aparece en el radar de muchos, la granada es una súper fruta para estos momentos. Es una fruta deliciosa que llega en invierno y cuyas propiedades medicinales son conocidas desde la antigüedad. Aporta grandes antioxidantes y tres veces más de ácido fólico que un té verde. También trae mucha vitamina C y es esencial para tratar dolores de garganta e infecciones de oído.
Si se inflamó la garganta, la solución clásica es un té con limón y miel. Allí actúan en conjunto la vitamina c del cítrico y fundamentalmente el efecto antibacteriano de la miel. Algunas personas recomiendan agregarle un poco de tomillo o incluso jengibre, que al generar un efecto de picazón en la garganta obliga al cuerpo a actuar allí para aplacarlo.
Pero el aliado más poderoso contra estos síntomas es el ajo. Es el antibiótico natural más poderoso y efectivo, que además no trae efectos secundarios, por lo que siempre es bueno incluirlo en tus comidas. Si estás muy afectado de la garganta (y no tenés problema en el aliento que te puede quedar después), machacá un ajo y diluílo en medio vaso de agua. Después, tomalo. Lo podés repetir hasta dos veces por día y es el remedio más efectivo de todos.