Viernes, 12 Enero, 2024
Se cree que su origen se remonta al Asia menor y que la expansión de su ingesta se vincula con la antigua colonia griega de Kerasos (actual Giresun), una provincia que se ubica en el norte de Turquía en la región del Mar Negro.
Desde allí tuvo fácil llegada a Roma, a manos del general romano Lúculo, quien se encargó de dispersar la cereza por todo el imperio, aunque muchos historiadores de la agricultura europea aseguran que más que el general romano, las propagadoras de esta fruta fueron las aves.
Aunque no parezca, hay muchas variedades de cereza, de las cuales se pueden destacar y encontrar las BROOK, SANTINA, LAPINS, BING, SWEET HEART, ROYAL DAWN, VAN, STELLA.
Todas estas se pueden encontrar en el Mercado Central. Desde el Departamento de Estadística y Transparencia del organismo, el Ing. Claudio Barón sostiene que, durante 2022, ingresaron al Mercado Central 1.780 toneladas, provenientes principalmente de Río Negro y Mendoza; de Chubut, Neuquén y, en menor medida, de Santa Cruz, Buenos Aires y Chile.
El auge de la cosecha llega en diciembre y comienza a disminuir en enero, hasta finalizar en el mes de marzo.
De la producción nacional, durante 2023 se exportaron 5.320 toneladas, cuyo destino principal fue Estados Unidos con el 24 por ciento, seguido de China con el 18 ciento, Hong-Kong 12 por ciento, España 10por ciento y Reino Unido con el 10 por ciento.
La cereza se caracteriza por su excéntrico sabor, su color y su característico tamaño pequeño.
Es rica en hidratos de carbono, azúcares simples como fructosa, glucosa y sacarosa. Si bien su valor calórico es moderado respecto al de otras frutas, aporta cantidades considerables de fibra, que mejora el tránsito intestinal.
En lo que se refiere a su contenido en vitaminas, están presentes la vitamina C, tiamina, folatos y provitamina A. Cuenta con cantidades importantes de potasio y, en menor proporción, de magnesio, hierro, fósforo y calcio.
En su composición, cabe destacar la presencia de compuestos bioactivos como las antocianinas (localizadas en la porción carnosa de la fruta), que son sustancias con capacidad antioxidante y con actividad inhibitoria de la ciclooxigenasa II, por lo que se consideran compuestos protectores de los vasos sanguíneos.
Las cerezas también aportan monoterpenos y alcohol perílico, que es un compuesto con actividad antitumoral.
Numerosos estudios experimentales indicaron que dicho compuesto es capaz de prevenir el desarrollo de algunos tipos de cáncer como el de páncreas, el de mama, el de próstata, pulmones, hígado y piel. Además, también presenta propiedades antioxidantes, protegiendo a los lípidos, a la sangre y a otros fluidos corporales contra el ataque de los radicales libres, moléculas implicadas en el envejecimiento y en el desarrollo de diversas enfermedades crónico/degenerativas (cardiovasculares, cáncer, osteoporosis, etc.).