Lunes, 22 Mayo, 2017
Desayunar como un rey es más una expresión popular que un hecho que se lleve a la práctica cotidianamente. Las obligaciones diarias, los malos hábitos y la falta de información lleva a los argentinos /as a desestimar el tiempo del desayuno, cuando debería ser la comida más importante del día.
El desayuno permite romper con el ayuno nocturno y aporta la energía necesaria para encarar la jornada. Un error común es salteárselo creyendo que así se gana tiempo de sueño o se ingieren menos calorías, pero ocasiona lo contrario: desgano corporal y picoteo constante en busca de suplir el faltante de alimentos.
La clave de un buen desayuno es que sea saludable y variado. Un desayuno ideal debe incluir:
-Pan o cereales, preferentemente integrales. Son una excelente fuente de carbohidratos que aportan energía y proporcionan al cuerpo vitaminas y minerales.
-Productos lácteos, como la leche, el yogur y el queso, idealmente descremados, aportan proteínas de muy buena calidad, calcio y vitaminas A, D y B12, esenciales para la salud de los huesos y de los dientes en todas las etapas de la vida.
-Frutas o jugo de frutas. Además de proporcionar al cuerpo carbohidratos, agua, vitaminas y minerales, son una buena fuente de fibra.
-Nueces, semillas y frutos secos. Son fuente de Omega 3, proteínas y fibras, mejoran la digestión y dan saciedad ayudando a controlar el apetito.