Jueves, 27 Julio, 2017
Cuando Bruno cuenta que es parte del Mercado Central desde el primer día no es una exageración. “Estuve con mi puesto listo diez días antes de que abriera sus puertas”, cuenta orgulloso por la hazaña. “Comencé a trabajar a los 18 y hoy tengo 70”, resalta el puestero, instalado hoy en la nave 11, puesto 48 y 50.
Más de 50 años de esfuerzo, de madrugar cada día y dedicarse a la comercialización de frutas y hortalizas. “Si tuviera la capacidad de volver el tiempo atrás, elegiría el mismo trabajo, porque lo hago con mucha alegría. Para mi venir al Mercado es divertido, atiendo al público, charlo con la gente”, relata.
A la hora de las comparaciones, el puestero añora viejas épocas en las cuales había más tiempo para la charla, para el trato más cercano. “Antes había tiempo para un café, para discutir de fútbol, para la cargada si el equipo del otro había perdido, con decirte que yo llegaba a tomarme 20 cafecitos por día. Conocíamos a los clientes, los llamábamos por su nombre de pila, por su sobrenombre, generábamos incluso una amistad”, recuerda.
Hoy es papá de 4 hijas, “todas profesionales”, cuenta con orgullo y por entender que el esfuerzo hecho toda su vida logró sus frutos. “ Para mi este trabajo es como jugar al fútbol, soy feliz, tengo 70 años y sigo jugando”, cuenta alegre.